El año pasado por estas mismas fechas veraniegas Antonio estaba cortando la grama en el jardín frente a su casa. Cuando había casi terminado dejó la podadora entre la acera y el pasto recién cortado para ir a la tienda y hacer unas compras. Cuando volvió la podadora ya no estaba.
“¡Alguien se la había llevado!, seguramente pensando que, como es tradición acá en Wisconsin, yo, la estaba regalando. No me enojé con quien se la llevó; me enojé conmigo mismo, luego no me quedó otra que reír. Al final me tocó comprar una nueva, un gasto que no tenía para nada programado”.
La anécdota la cuenta Antonio Molina Rivas, instructor de “Leadership Development” en el Madison Area Technical College y revela en pocas
líneas el carácter afable de este hombre nacido en Venezuela y que hoy enseña las bases del liderazgo para aquellos wisconsonitas que están en vías de iniciar sus carreras laborales.
Antonio es una sujeto animado, le gusta leer, de hecho sus favoritos son Dostoievski, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, “pero hace tiempo que no leo” apunta con gracia. También gusta de ir al cine arte, “pero también me fascina ver películas de superhéroes con mi hijo adolescente”.
Así de a poco el instructor riguroso también va mostrando una faceta más lúdica, y sigue: “También me gusta cantar… Lamentablemente a nadie le gusta como yo canto. Me gusta bailar sobre todo merengue, pero ya nadie baila eso. Una vez intenté ser parte de un grupo musical pero me botaron inmediatamente. La verdad es que no tengo talento musical”, dice con buen humor, reflejando un carácter socarrón de uno de las personas más destacadas de la comunidad hispana local, y con la cual siempre es agradable charlar.
Recibir y dar educación: eje de vida
Antonio Molina es por lejos un latino orgullo de sus raíces, pero sin jactancia; mejor que “orgullo”, habría que decir que simplemente lo define: “Soy venezolano, de Mérida, una ciudad hermosa en medio de Los Andes venezolanos”.
La muerte de sus padres, adversidad familiar, le marca para siempre; y en cierto modo, definirá la forma en que se conducirá el resto de su vida.
“El día más triste de mi vida fue, sin duda, cuando llegué a casa de la escuela, tenía solo doce años, y me enteré que mi mamá había muerto. Lloré desconsolado encima de un sofá rojo que teníamos en casa por horas. Aún hoy en día se me aguan los ojos cuando recuerdo ese trágico día de marzo”.
Pero Antonio es un hijo agradecido y siempre se da tiempo para honrarles.
“Mi papá se llamaba Antonio Ramón Molina y nació en 1918 en San Rafael de Mucuchies, un pueblito hermoso en Los Andes. El nombre de mi madre es Rosa Valentina Rivas y nació en 1926 en Mérida”.
Cuando cumplió los 17 años tuvo la oportunidad de “venir como estudiante de intercambio a los Estados Unidos. En Goodland, Kansas viví con una familia americana que me enseñó mucho y aprendí un tanto de inglés y egresé del High School (…) A esa edad me di cuenta que la diferencia más importante entre la gente de un país desarrollado y la gente de mi país estribaba en la educación”.
La experiencia americana dejaría profunda huella pero aún pasaría tiempo antes de dejar Venezuela de forma definitiva. “En la Universidad de Los Andes, estudié Administración de Empresas e hice créditos de una maestría en finanzas; también me casé y tuve dos hijos”
Entonces decidieron ‘venirse a los States’ y comenzó lo que describe cómo “La etapa más difícil en mi vida”.
“Lo fue porque cuando me mudé, mi ex esposa estaba embarazada de mi tercer hijo y ninguno de los dos tenía trabajo. En realidad, encontrar trabajo y progresar en mi vida laboral hasta donde estoy hoy ha sido el mayor reto de mi vida”, señala con seguridad.
¿Qué cosas te hacían sentir abrumado de esos primeros años?
Recuerdo lo mal que me sentía porque no hablaba bien inglés mientras estaba haciendo mi maestría acá. Algunas noches pensaba que era demasiado difícil para mí, quería echarme a llorar y tirar la toalla. Pero nunca lo hice. Siempre persistí aunque no; nunca fue fácil y me tomó muchos años de esfuerzo y constancia.
El empleo también suele ser difícil para los recién llegados
¡Encontrar el trabajo que tengo me costó mucho! Llené muchas solicitudes que fracasaron, y me entrevisté varias veces, pero no quedaba. Sin embargo, seguí intentándolo hasta que lo logré.
Esa combinación de aprendizaje de una lengua extranjera e inmigrante al mismo tiempo suele ser peliagudo y abrumador.
Claro, por ejemplo, el doctorado que realicé también me tomó más tiempo de lo que le tomó a muchos de mis compañeros. Es que escribir bien en inglés a nivel académico no es fácil. Muchas veces me sentí frustrado, pero siempre pensé así sea poco a poco, mientras no pare, algún día terminaré.
Doble condición de vida:
Maestro y estudiante
Hoy eres instructor de liderazgo; pero te has mantenido siempre estudiando. Hace diez años terminaste una maestría en educación y acabas de obtener el doctorado en Liderazgo Educacional en Edgewood College. ¿Cuál es la relación con lo que haces? ¿Qué significa para ti el doctorado en liderazgo?
Significa el reconocimiento de ser experto en un área, en este caso en liderazgo educativo. El título es el aval de haber aprendido cómo supervisar y liderar a un grupo bien específico y selecto de profesionales: los profesores universitarios.
En ocasiones la palabra “liderazgo” de repetida suele ser un lugar común ¿Qué significa ser líder para ti?
Ser líder para mí significa una gran responsabilidad. Al líder lo tratan mejor porque se encarga de proteger al grupo y de guiarlo a un mejor lugar, a un mejor futuro. Sin embargo, ese trato privilegiado conlleva la gran responsabilidad de hacerlo bien. Ser líder implica ser honesto y ganarse la confianza de la gente.
Hablando de líderes, enumera tres conceptos buenos que la gente tiene a menudo.
Ser amable, trabajador y ser inteligente.
Por otro lado ¿Qué es lo más detestable para ti?
Una mentira y un mentiroso o mentirosa.
Y en medio de una cultura de liderazgo ¿cómo un líder sobresale de los demás?
Es importante entender que hay muchos niveles de liderazgo. Por ejemplo, yo vengo de un país donde tradicionalmente se hablaba de un solo líder, Simón Bolívar. En cada ciudad de Venezuela patria hay una plaza Bolívar, con una estatua de nuestro único líder tradicional. Y a pesar de mi mucha admiración por Simón Bolívar debo decir que yo estoy en total desacuerdo con el pensamiento de que el líder es alguien único, muy especial, que sobresale.
¿Por qué estás en desacuerdo con la idea del líder como persona de excepción?
Porque en realidad creo que todos somos de alguna manera líderes, incluso si no sobresalimos en relación con los demás. Los mejores países, y las mejores organizaciones, son aquellas en que nadie sobresale mucho, o en las que todos somos excelentes ciudadanos o trabajadores, y en las cuales hay muchos líderes pequeños en lugar de un imponente caudillo.
Sin embargo, tradicionalmente se piensa que un líder sobresale de los demás cuando puede idear cambios, puede articular la visión de un mejor futuro, y puede convencer a un grupo de seguidores. Un líder puede que sea pero no tiene que ser alto, ni guapo, ni blanco, ni hombre.
Entiendo ahora…, es que aquí en Estados Unidos es tan repetitivo eso de ser líder. Entonces… Cuáles serían los pasos para ser líder en tu opinión.
Primero, debes ser tú mismo o misma, y luego debes ser bueno y honesto en lo que sea que hagas.
Supongamos que estoy haciendo lo correcto ¿Cómo podré reconocer si estoy siendo líder o no?
En algún momento de tu vida puedes descubrir que puedes ayudar a alguien más, o puedes sugerir un cambio para mejorar un procedimiento, o una nueva manera de hacer algo de forma más eficiente. Cuando alguien más está de acuerdo contigo con uno de esos cambios, descubrirás que eres un líder.
Me gustó esa última idea Antonio. A partir de ahí se te ocurre algún consejo a aquellos estudiantes que están en proceso de hacerse líderes.
Que sepan que el caerse y el tener fracasos es normal.
¿Fracasar es normal?
Así es, y la diferencia entre un líder y quien no llega a serlo es que el líder se vuelve a levantar tantas veces como haga falta. Entonces mi consejo es que perseveren, estudien y desarrollen sus habilidades siendo siempre honestos.
Entonces… ¿Cuál es la llave para triunfar?
¿Quién quiere triunfar? Triunfar implica competir y a mí no me importa competir. Lo importante en esta vida es ser feliz. ¿Cuál es la clave para ser feliz? Yo creo que disfrutar lo que tú haces.
Poner el talento y los aprendizajes para
toda la comunidad
Antonio Molina ha sido vicepresidente de la Cámara Latina de Comercio y miembro de la junta directiva del Centro Hispano; pero esa conexión con lo latino no significa que su mundo este sólo reducido a ese campo.
Ahora que tienes experiencia laboral y validación formal en razón de tus estudios ¿Cómo piensas aplicar ese aprendizaje con la comunidad latina?
Espero poder ayudar a reactivar algunos programas bilingües, por ejemplo los certificados para supervisores. Sin embargo, espero poder ayudar no solo a la comunidad latina sino a la comunidad en general.
¿Más allá del espacio latino cuál es tu interés?
Deseo colaborar con las comunidades de color, también hay que abogar por la educación de nuestros jóvenes y también de los adultos que regresan a la escuela. Mi sueño es ayudar a que las minorías mejoren su educación y sus oportunidades de empleo. En el futuro lejano me gustaría poder ayudar a mejorar el sistema educativo de algún país en Latinoamérica.
¿Al parecer la educación es un bien que debe ser cuidado?
Es muy importante entender que en nuestros países la riqueza de la gente se mide por cuanta extensión de tierra se posee, o por cuántos bienes inmuebles tenemos. En el momento en que vivimos, en los Estados Unidos, la riqueza será cada vez más vinculada con cuánto uno sabe. Es lo que en inglés se conoce como knowledge economy (la economía del saber).