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“Coordinar eventos que promuevan y mejoren la presencia el judo en Minnessota y Wisconsin”, es la forma cómo ‘Os’ Millan define su actual trabajo. Suena entretenido, más si se descubre que lo hace para la ‘United States Judo Association’ (USJA), una de las tres asociaciones nacionales de judo de Estados Unidos y que la pasión por el judo le acompaña desde siempre.
Osmil “Os” Millan, o también Sensei Os “Smiley” Millan como le conocen en Fight Prime Training Center, lleva toda una vida vinculada a la práctica y difusión de las artes marciales.
Millán comenzó a practicar el judo en Cuba en 1956, pero la raíz se remonta a 1953 cuando el Instituto Kodokan, sede central de la comunidad mundial de judo (fundado en 1882 por Kanō Jigorō, creador del judo) envió al sensei Takahiko Ishikawa a la isla para entrenar judocas cubanos en habilidades de competencia. El judo no explotó en popularidad, pero el niño Millán lo practicó seis días a la semana hasta que se convirtió en campeón nacional juvenil en 1958, 1959, 1960 y 1961.
Pero vino el triunfo de la Revolución Cubana contra la dictadura de Fulgencio Batista y Cuba quedó apresada en el centro de la Guerra Fría. La vida de millones de cubanos incluyendo la familia Millan cambió para siempre.
“Vine a Estados Unidos en 1962 a la edad de 15 años, mi hermano menor había emigrado a los Estados Unidos meses antes”, explica Osmil. Sus padres tuvieron que huir de Cuba más tarde en barco.
“Había 30 mil de nosotros, niños refugiados de Cuba en los campos de la Florida”, recuerda Millán. “Estábamos todos patrocinados por diferentes grupos y fuimos enviados a hogares de acogida por todos los Estados Unidos. Mi hermano y yo terminamos en Superior, Wisconsin, donde fui a la escuela y me gradué de la Universidad de Superior-Wisconsin”. Millan luego trabajó como ingeniero de ferrocarriles y se dedicó también al rubro de la joyería.
En todos esos avatares el judo se quedó prendado con Osmil donde quiera que fuera.
Se convirtió en árbitro de nivel internacional y ofició en varios países. En la actualidad su atención se centra en la construcción de judo en Wisconsin.
EL JUDO COMO FORMA DE VIDA
“Desde que mi padre me introdujo al Judo en Cuba, esta disciplina me ha interesado muchísimo y ha sido parte de mi vida, de hecho el judo es una escuela de vida. Y siempre he donado mi tiempo para ayudar a otros”.
Desde el año 1991 vives en Madison ¿Qué haces para difundir tu pasión?
Mi vida es el judo, me relaja y al mismo tiempo me mantiene activo tanto en lo físico como en lo mental. Practicar judo es lo que quiero hacer todos los días. Cuando yo voy de vacaciones siempre trato de encontrar una escuela para practicar. Como he dicho, es una forma de vida.
Los últimos años te has concentrado en la enseñanza, ¿Qué te motiva a esto?
Lo cierto es que tengo una deuda de gratitud. Como he tenido tanta ayuda en el curso de la práctica de mi deporte, siento que yo tengo ahora una responsabilidad. Es la responsabilidad de regresar la sabiduría y experiencia recogida por tantos años a quienes se inician en este mundo. Soy una persona muy agradecida de mis maestros, y esta es la forma que tengo para pagar a todos aquellos que, en su momento, invirtieron su tiempo y atención para que pudiese aprender.
Mi interés entonces es poder a través de las artes marciales tener la oportunidad de inculcar valores sanos y útiles para que los niños tengan un mejor porvenir. El judo es una habilidad para la vida.
Por eso me gusta enseñar en “Fight Prime”, en mi opinión, la mejor escuela de judo y «jiu-jitsu» en Madison.
¿Por qué es la mejor?
Por una razón muy simple, acá están los mejores instructores, es decir aquellos que cuentan con certificados profesionales. Es decir se ofrece un respaldo a la enseñanza. Las habilidades que los alumnos desarrollan en las diferentes artes marciales son también educación para toda la vida.
ESCUELA DE JUDO EN MADISON
El judo fue introducido por primera vez a los Estados Unidos en alrededor de 1902, cuando el ex presidente, Theodore Roosevelt, lo practicó en la Casa Blanca y fue el primer ‘cinturón café’ del país. Pero su “despegue” real comenzó en la década de 1950 cuando la Fuerza Aérea lo incluyó en su currículo de entrenamiento. El primer equipo olímpico compitió en los Juegos Olímpicos de verano de 1964 y en la actualidad el judo lo practican más de 400 mil estadounidenses.
Osmil Millan en el “dojo” situado en el 1820 South Park entrena judo para tres categorías: niños de 3 a 7 años de edad; de 8 a 14 y adultos. Las clases son los lunes y miércoles; sábado y domingo.
“Mi trabajo aquí como maestro consiste principalmente en la enseñanza de los niños. El énfasis está puesto en persistir en conductas que formen carácter, disciplina, responsabilidad y respeto a los otros, manteniendo también la práctica de las habilidades propias del judo y la defensa personal.
¿Cuál es el objetivo del programa de enseñanza de judo que brindas?
Se trata de una trayectoria que busca que culminar con los niños como mejores ciudadanos, motivados y guiados hacia buscar la perfección, eso significa superar dificultades y tender a obtener siempre mayores logros en educación. El resultado es personas que contribuyen a nuestra sociedad por la combinación de responsabilidad cívica, práctica deportiva y una óptima salud física y mental.
Sí alguien se interesa en conocer más sobre la disciplina he creado un sitio de “www.judoinmadison.com”, también hay un sitio Facebook “Judo Madison Campeon Elite”.
Una pregunta curiosa ¿De dónde saca lecciones o consejos un maestro de judo? A un sensei que ha pasado por las grandes academias de Corea y Japón ¿Quién brinda ayuda?
¡Muchas personas! Lo lindo de este deporte es que es también una comunidad y yo mantengo muy buenas relaciones entre judocas y personas del jiu-jitsu ¡por todo el mundo! Cuando yo necesito consejo, siempre tengo muchísimos amigos que me pueden ayudar.