Para nadie es desconocido el hecho que tanto las autoridades del gobierno federal, como los legisladores del congreso de las gestiones anteriores, así como la población en general de los Estados Unidos de Norte América, todos a viva voz y públicamente dijeron que la Ley de Inmigración estaba rota y obsoleta.
En consecuencia, era imprescindible que el congreso compuesto por los Diputados (Representantes) y Senadores, previa presentación de un proyecto de ley elaborado por el presidente de turno electo democráticamente, aprueben una nueva Ley de Inmigración que este acorde con la realidad actual del país. Tomando en cuenta fundamentalmente que la Unión Americana fue fundado por inmigrantes de diferentes países de Europa, entre ellos ingleses, franceses, españoles, alemanes, noruegos, holandeses, etc. Una nueva ley inclusiva por ser un país cosmopolita, en el que moran ciudadanos de todas las razas y etnias del mundo, siendo la primera potencia en la faz de la tierra.
En consideración a lo expuesto anteriormente, está muy bien que los gobiernos locales como los municipios de algunos estados de la Unión Americana, hayan declarado sus ciudades como “Ciudades Santuario” o “Ciudad Segura” para proteger a sus habitantes y estantes de la persecución de los agentes del Departamento de Inmigración y Aduana (ICE). Esto en aplicación de las leyes municipales que se contraponen en parte con los decretos ejecutivos del presidente Trump.
Así por ejemplo, el Departamento de Policía de la ciudad de Madison, Wisconsin, económicamente no depende del gobierno Federal sino del Gobierno Municipal, Por lo tanto los policías de Madison no son empleados del Gobierno Federal sino del Gobierno Local, en este caso de la Alcaldía de Madison.
Ahora bien, llego el momento preciso para que tanto las organizaciones que defienden a los inmigrantes indocumentados (mas de 11 millones), cuanto los diputados y senadores latinos y no latinos del congreso actual, las organizaciones comunitarias, las iglesias católicas y cristianas, los dueños de granjas lecheras y de hortalizas, las empresas hoteleras y restaurantes, los estudiantes de los High Schools y de las universidades y otros pidan al presidente Donald Trump y al Congreso Republicano, dictar de una vez por todas la NUEVA LEY DE INMIGRACION, derogando la obsoleta ley que ya no es acorde con los tiempos actuales debido al desarrollo de la ciencia y la tecnología.
La nueva ley debe respetar a las familias que ya se encuentran establecidas en este país por más de diez, quince y/o veinte años o más, con hijos nacidos aquí, nietos, casa propia, vehículos para transportarse, con antigüedad en los trabajos, ya hablan el idioma ingles, pagan sus impuestos. Mínimamente ellos se ganaron el derecho de tener permiso de trabajo y el derecho de conducir un vehículo para seguir contribuyendo al desarrollo y progreso de esta nación
Pido a Dios que ojala ilumine al presidente Donald Drump, los Diputados y Senadores del congreso federal que al presente gobiernan el país, para que aprueben y pongan en vigencia la nueva Ley de Inmigración justa, humana e inclusiva, dejando de lado los decretos ejecutivos que en lugar de clarificar la situación de los inmigrantes confunden a la población y crean problemas al gobierno. Siempre es mejor una ley aprobada por el congreso que un simple decreto que se puede dejar sin efecto con otro decreto en cualquier instante. El gobierno que maneja una nación con leyes claras y no con decretos que confunden, pasara a la historia y será recordado por siempre como el ex presidente Ronald Reagan del partido republicano, que durante su gestión de gobierno incorporo a millones de indocumentados a la fuerza de trabajo de este país mediante una nueva ley de inmigración.