Dicen que todo vale para empezar el Año Nuevo con buen pie. Sea paseando en Milwaukee o en Xochimilco, el famoso lago de las ‘chinamperas chilangas’, la familia mexicana se las arregla para esperar un 2015 ‘chingón’.
JZS/LCNews.- Las noches del 31 de diciembre, chilenos e italianos comieron lentejas para atraer la buena suerte. En Polonia guardaron las escamas del pescado de Nochebuena en la cartera para tener éxito económico. En Moldavia cenaron “plancinte” y los niños abrieron los regalos que dejó “Ded Moroz” bajo el árbol la mañana del 1 de enero, no el 25, en Milwaukee algunos valientes se reúnen en el gélido lakeshore a elevar papalotes o volantines. Pero si buscabas divertirte en grande dicen que no hay como ver la luz del nuevo año en México en la Plaza Garibaldi.Fuegos artificiales, campanas al vuelo, 12 uvas, cena en familia, vino espumoso, abrazos y el sonido del violín, el arpa y las trompetas conforman el típico Año Nuevo en las grandes ciudades de México.
Y efectivamente las noticias lo confirman: los mexicanos de ambos lados de la frontera se reunieron con sus seres queridos, familiares o amigos, para celebrar o para ‘pasar las penas’ del año que pasó y desear un 2015 mejor para todos.
Y el 1° de enero iniciaron el año comiendo recalentado de Año Nuevo, versión 2015 del original del día de Navidad.
Días atrás había sintonizado Televisa y observado la casa de Jaime Merino. Todo ocurría en su patio, porque son eran muchos los invitados al recalentado de Navidad que en el interior no daba abasto.
El recalentado inicio a las 4 de la tarde; la “cruda” con la que despertaron los hizo que se sentaran a la mesa hasta esa hora. La dueña de casa se afana sirviendo “pozole” de una enorme olla, plato tras plato.
El mantel de nochebuena es largo como la mesa, o las mesas juntas. Así es 25 y el 1° para los mexicanos: alegre, familiar, conversado.
“Hay que agradecerle a mi primo que nos preste su casa, hay que darle un aplauso para que el próximo año, nos preste su casa y para esto se vuelva a repetir”, le escucho decir a Jaime, reflejando el espíritu latino de la fiesta.
Las imágenes no dejan dudas, al pozole se suma caldo de camarón y la “tinga”, el desmenuzado de pollo cocido en salsa de chipotle ¿Cuántos pueden comer? Parece alcanzar para todos.
Así como en Madison, la celebración de Año Nuevo en México no necesariamente se realizó en casa. Los amigos se reunieron en los restaurantes que ofrecen cenas y fiesta. La diferencia con Wisconsin es que aquí el frio no da para organizar fiestas masivas en lugares públicos, como la Plaza de la Constitución (Zócalo) o en el Monumento a la Revolución (ciudad de México), o en el parque Fundidora en Monterrey ( Nuevo León).
Los rituales mexicanos unen el pasado y el presente.
Quienes celebraron en casa este 2015 compartieron muchos rituales: la cuenta regresiva para recibir el Año Nuevo, las 12 uvas, representando 12 deseos; otros barrieron hacia el exterior de la casa, anhelando que todo lo malo del año se vaya, o las prendas íntimas de color rojo o amarillo para atraer el amor o la buena suerte.
Pero hay un México íntimo, más profundo y único. Partiendo por el descrito “recalentado” que es una tradición muy arraigada y donde se atascan como si llevaran todo el año sin comer. Consiste simplemente en compartir a la mañana siguiente lo que quedó de la cena con los mismos u otros invitados. Según la opinión de todos el “recalentado” es más sabroso que la cena misma.
Sin embargo, en México aún se realizan otros rituales cuyos orígenes van más atrás de la Conquista.
Es que mayas, aztecas y otras culturas prehispánicas de México concebían el tiempo de forma distinta. Para purépechas o tzotziles el tiempo no era lineal como en nuestro calendario, sino cíclico. Esto es, cada tiempo los acontecimientos importantes se repetían. Estaciones del año, guerras, sequías, tormentas.
Tenían varios calendarios, religiosos, agrícolas. La unión de estos generaba un “calendario integral” que abarcaba una gran cantidad de años. Por ejemplo, los aztecas cada 52 años tenían un cambio de era y le llamaban la “atadura de los años” o del “Fuego Nuevo”, los mayas lo hacían cada 20 años era un “katún”.
En cualquier ceremonia el fuego era parte central.
Y es precisamente la fascinación por el fuego lo que se ha conservado. Por ejemplo el encendido de “lumbradas” cada primero de enero en diversas regiones de México, como el ayuntamiento de Ixmiquilpan en Hidalgo, principal centro ñahñu y otomí del Valle Mezquital. En Michoacán son famosas las “lumbradas zamoranas” el 2 de febrero, siempre acompañadas de tamales, buñuelos y atole.
En Oaxaca, los jóvenes “zoques” se disfrazan de “huehues”, ancianos en náhuatl y “queman el año viejo” para después –en comparsa- ir a parrandear por las casas del barrio.
Los mexicanos también hacen turismo y celebran en todos lados
Ahora bien, los destinos favoritos para estas fechas son Quintana Roo, Huatulco. En Los Cabos, Baja California la hotelería esta siempre completa por los miles de mexico-americanos de California que van a pasar la fiesta.
Eso sí, hay que recordar que son millones los que no pueden viajar “o porque no pueden, o porque ahorran para pagar al coyote”, pero viajan con añoranza y nostalgia a sus ciudades de origen.
Mientras, en las grandes ciudades como el Distrito Federal y Guadalajara, Jalisco, todos se preocupan de hacer lucir sus espectaculares Centros Históricos, donde se escucha el danzón,mariachi y banda. De igual modo, el aeropuerto internacional Benito Juárez seabarrota con decenas de vuelos de aztecas que regresan por las fiestas decembrinas.
Así, los mexicanos celebran el Año Nuevo con creencias que les unen enlazan con otras culturas del mundo y rituales que los hacen permanecer unidos a su pasado. Ya sea en una fiesta masiva con espectáculo de pirotecnia y música; en el hogar con toda la familia o amigos en Madison o Puebla; en una hermosa playa del Caribe Mexicano o dentro del auto paseando por el Jellystone Park en Caledonia (Sur de Milwaukee) observando el “Wisconsin Christmas Carnival of Lights con sus más de 1.5 millones de luces; en un bar en el frio polar de Duluth con la pareja o los amigos o madrugando con la cruda para ir a la fábrica de cajas en Middletown. Cualquiera sea la opción, lo que más se disfruta en esta fecha es la calidez que caracteriza a los mexicanos, la facilidad para el abrazo y para compartir.