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Madison.- Con motivo del cierre del Centro Guadalupe y la reapertura de la misma como Catholic Multicultural Center, este medio le hizo una entrevista a Antonio Quintanilla hace ocho años atrás (4/8/2014), por su importancia y contenido, en esta edición reproducimos la misma in extenso, en vísperas de realizarse la 11ht versión de recaudación de fondos para Catholic Multicultural Center, el próximo 9 de diciembre, en el edificio donde funciona esta institución sin fines de lucro, que sirve a nuestra comunidad en general y la Latina en particular, con diversos programas sin costo alguno.
¿De dónde es originario y cómo fue su infancia, adolescencia y juventud?
Soy de San Salvador, mi infancia y mi adolescencia pasé en el campo, o sea, en la comunidad El Faro y a los 16 años me mudé a la ciudad en busca de mejores condiciones de estudio y trabajo. En principio trabajé en construcción, jardinería, pero después logré conseguir empleo en una de las dependencias del gobierno. Por las noches estudié en el Instituto Nacional, para sacar mi bachillerato en matemática y física, y posteriormente ingresé a la Universidad para estudiar Ingeniería Civil durante un año, pero no pude continuar estudiando por falta de recursos y porque era muy joven todavía.
¿Cuándo dejaste San Salvador y cómo te animaste a venir a EE.UU?
Primero vine a México en 1981, habiendo radicado en Cuernavaca dos años, luego me vine aquí a EE.UU. en 1983 a los 30 años; llegue a un pequeño pueblo de North Dakota, de ahí me pase a Dubuque, Iowa, después viaje a Canadá a pasar tres inviernos junto a mi hermano Jorge Quintanilla. Regresé a Iowa, donde empecé a trabajar como voluntario ayudando a personas discapacitadas de 1987 a 1993. En ese ínterin fui a especializarme a Lake Geneva en el cuidado profesional de personas discapacitadas.
¿Cuándo llegaste a Madison Wisconsin?
Finalmente llegué a Madison en 1994, a trabajar en Dean River como supervisor de 15 empleados que se encargaban de asistir a personas discapacitadas. Yo era como una especie de puente entre los padres de familia, las trabajadoras sociales y el Estado, velando que las personas discapacitadas estuvieran siempre protegidas.
¿Cuándo empezaste a trabajar en el Centro Guadalupano de Madison?
Empecé a trabajar como voluntario, también ayudaba tocando música en Holy Redeemer Church, de esta manera estaba muy conectado con el Centro Guadalupe; entonces me dieron una oportunidad de trabajar aquí. En esa época estaba de directora Romelia Schutler (1999) y Mario como director del Ministerio Hispano.
¿Si nos puedes contar algo acerca de tu familia?
Mi primer matrimonio apenas duró tres años por cuestiones de diferencias de culturas y tuvimos una hija. Después del divorcio me fui a vivir a Dubuque donde no había ni un hispano entonces me sentí perdido. Lo que me ayudó fue el creer en un Dios que protege a uno y me puse en sus manos. Con el transcurso del tiempo la conocí a mi actual esposa Valleri en Montecelo (1990), Iowa, nos casamos y nos vinimos para acá y tuvimos dos hijos Joshua Noé de 17 y Daniel Izáis de 10, o sea, soy padre de 2 varones y una mujer.
¿Qué cargo desempeñas en Catholic Multicultural Center, antes Centro Guadalupe?
He tenido otras oportunidades de trabajo y de ganar mucho más sueldo en el Departamento de Vehículos y Motores, así como en el Distrito Escolar de Madison. Pero decidí quedarme aquí, porque me gusta el contacto con las personas, así que tuve contacto en la Diócesis de Cuernavaca, México. Especialmente cuando uno puede hacer una diferencia ayudando a las personas necesitadas, eso a mí me llena de satisfacción personal. Para mí el monto del salario es lo de menos. En este momento mi cargo aquí es de Coordinador de Servicios. Antes estuve como director interino del Centro Guadalupe por un par de años, de ahí que he llegado a tener conocimiento de todos los programas. Aquí todos trabajamos en equipo. Yo trabajo aquí desde marzo de 1999, o sea, 15 años.
¿A qué se debió el cierre momentáneo del Centro Guadalupe, que ahora es CMC?
Todos sabemos que durante la crisis no solo se cerró el centro Guadalupe sino que también muchos empleados perdieron su trabajo, porque la Diócesis de Madison ya no les podía pagar sus salarios. Pero gracias a los miembros de la Parroquia LADY QUEEN OF PEACE se pudo reabrir el centro, pero esta vez como Catholic Multicultural Center (CMC). Después de la reapertura La Diócesis de Madison sigue ayudando aunque ya no de la misma manera como antes, sino facilitando el edificio que es de su propiedad. Ellos son responsables de las reparaciones mayores. Aún nos sigue ayudando con una cantidad pequeña de dinero, gracias a Dios.
¿Cuál sería tu exhortación a la comunidad en general y la Latina en particular?
Nosotros tenemos un evento anual para recaudar fondos, entonces les exhortamos a los latinos y no latinos dar sus donaciones no importa un dólar, cinco o diez o más dólares. Porque este centro sobrevive gracias a las donaciones. También necesitamos voluntarios para llevar adelante los programas al servicio de la comunidad. Todos somos el CMC, si no lo usamos lo hacen nuestros familiares o vecinos. Ahora estamos por conseguir un poco de dinero para remodelar los baños y la lavandería que ofrecemos a los sin techo 3 días a la semana, nuestra meta es ofrecerles todos los días. Necesitamos ese dinero para su rehabilitación. El seguir manteniendo abierto el Centro depende de las donaciones generosas de nuestra comunidad en general.