“Mis valores, la familia y el trabajar para el bienestar de la familia y la comunidad. La humildad y sencillez.”
Por Gladys Jiménez
Esmeralda Rodríguez nació en Indio, en el sur de California, pero creció en un pueblo agrícola llamado Thermal, al sur de Indio. Sus padres son mexicanos. Su papá se llama Arnulfo Rodríguez y nació en un rancho en Moyahua, Zacatecas. También, vivió un tiempo en Mexicali, Baja California. Su mamá, Teresa Rodríguez, nació en un rancho en la Sierra Madre de Durango, donde vivió sus primeros años de vida. De ahí, se mudó a Ciudad Juárez y, también, vivió en la ciudad de Oasis, California.
Cuéntame acerca de tu familia, ¿cuántos integrantes son?
Mis padres tuvieron tres hijos en total. Mi hermana Teresa es la mayor, mi hermano Rolando y yo, que soy la pequeña. Ahora, mi familia, también, incluye a mi esposo Jorge Rodríguez.
¿En qué escuela primaria y secundaria estudiaste?
Estudié la primaria en la Escuela John Kelley en Thermal, CA; y la secundaria en La Quinta High school en La Quinta, CA.
¿Qué materias preferías cuando eras
estudiante?
Me gustaba estudiar matemáticas, me gustaba aprender algunas ciencias como el sistema solar y el espacio, además de arte visual (como pintura, cerámica, fotografía). También, en la secundaria, me gustó estudiar psicología.
¿Te graduaste de alguna universidad y, si es así, qué estudiaste?
Me gradué de la Universidad de California en Irvine, que se encuentra en el condado de Orange en el sur de California. Ahí, estudié psicología social y sociología y obtuve, así, mi título universitario. Me interesaba mucho el desarrollo de los niños y cómo la cultura y la identidad social representan una parte importante en las comunidades y en nuestros seres. Además, tuve la oportunidad de estudiar en Santiago de Chile y, ahí, completé una investigación acerca de cómo los doctores y psicólogos en la ciudad incorporan la cultura tradicional de los Mapuches dentro del sistema de salud. Después, me mudé a Madison, Wisconsin, donde recibí mi maestría en Psicología de Asesoría (Counseling Psychology) de la UW-Madison.
Después de obtener tu maestría, ¿dónde empezaste a trabajar como consejera?
Con la maestría me preparé y trabajé como consejera de escuelas públicas. En particular, fui consejera de primaria en el distrito de Verona por 5 años. Mi trabajo incluía ayudar a los estudiantes con su desarrollo social y emocional, además de colaborar con los maestros para asegurar que los estudiantes estuvieran aprendiendo o recibiendo el apoyo académico o social que necesitaban. Además del trabajo como consejera, me enfoqué en fortalecer la relación entre la escuela/distrito y la comunidad latina. Junto con madres latinas, organizamos varios eventos culturales donde los estudiantes latinos podían celebrar su cultura y sus raíces y, también, podía haber un intercambio cultural.
En la actualidad, ¿sigues estudiando y dónde?
Actualmente, estoy terminando mi último título universitario, en el área de pedagogía en el departamento de Curriculum & Instruction en UW-Madison. En diciembre de este año, me recibiré con el título de Doctora en Educación.
Como doctora en educación, ¿cómo podrás ayudar a la comunidad latina?
Seguiré buscando maneras de promover la educación en las comunidades latinas, siempre manteniendo la importancia de la cultura y la identidad.
¿Qué has aprendido de tus errores?
He aprendido que los errores son oportunidades perfectas para aprender sobre uno mismo y seguir mejorando. Pedir ayuda a los demás y establecer relaciones fuertes con mentores es algo que siempre se me hizo difícil, pero que considero de mucha importancia en todo momento.
Describe tu escala de valores
Mis padres siempre me han inculcado la importancia de la familia y el trabajar para el bienestar de la familia y la comunidad. La humildad y sencillez, por ejemplo, son valores, sumamente, importantes para mí. Mis padres llegaron con sus familias a Estados Unidos en los años 60 para trabajar en las cosechas de verduras y frutas en California. Aunque yo y mis hermanos nacimos en Estados Unidos, mis padres siempre nos inculcaron la importancia de nuestra cultura, de nuestras raíces, que son lo fundamental de nuestro presente.
¿Cuál es la experiencia más gratificante que tuviste en tu vida estudiantil y en el ejercicio de tu profesión?
Una experiencia bastante importante para mí fue convivir y trabajar en la Oficina de Comunidades de Aprendizaje para el Cambio Institucional y la Excelencia (LCICE, por sus siglas en inglés) en UW-Madison. Los proyectos de la oficina de LCICE se enfocan en combatir la desigualdad en nuestras comunidades y lugares de trabajo. Se dialoga sobre las desigualdades que existen en cuanto a género, raza, estatus social u económico, sexualidad, estatus migratorio y religión, por ejemplo. Por medio del diálogo, se habla acerca de las diferencias de identidad y de cómo podemos trabajar como individuos y en comunidad para cultivar espacios donde se practica el respeto y la aceptación con un enfoque en la justicia social.
¿Qué te preocupa en relación con tu trabajo y con la comunidad latina?
Al poder trabajar con jóvenes y, especialmente, con jóvenes latinos, aprecio el talento que existe en nuestras comunidades. Muchas veces, en las escuelas, cuando existen diferencias en las calificaciones de los estudiantes o falta de involucramiento por parte de los padres latinos, el razonamiento se enfoca en las personas como individuos y en la idea de que faltan las ganas y el interés para sobresalir. Lo que falta en esa conversación es reconocer las barreras que existen dentro de los sistemas de educación, además del impacto que tienen el racismo, las leyes, la cultura anti-inmigrante, la falta de recursos, la pobreza y el alto costo de vida, por ejemplo. Falta poder fortalecer la relación entre las escuelas y la comunidad latina para que se pueda reconocer las barreras que existen para muchos estudiantes y padres de familia. Las expectativas en las escuelas y el currículum que se maneja en ellas, muchas veces, no reconocen las diferencias culturales. Es importante darles la oportunidad a los estudiantes, desde pequeños, de involucrarse en actividades que reconozcan su identidad cultural, de estudiar acerca de sus antepasados y su historia, y de estudiar materias que, realmente, les interesen.
Háblame de tus actividades al margen de tus estudios?
A la edad de 7 años, empecé a bailar bailes folclóricos de México. El baile y la música siempre han formado una gran parte de mi ser. Las actividades culturales son una herramienta para la convivencia y la creación de una comunidad. Desde muy temprano, en California y cuando me mudé a Madison, me he enfocado en la música y el baile.
¿Qué otros pasatiempos tienes?
También, me gusta mucho la fotografía, entonces quisiera enfocarme en aprender más sobre la técnica de fotografía.