Una niña indígena de origen mexicano, Sophie Cruz, logró entregar el miercoles al Papa Francisco una carta en defensa de los inmigrantes durante el recorrido del Pontífice en su papamóvil por las calles de Washington.
Cruz, de tan solo cinco años, consiguió saltar las vallas de seguridad con ayuda de su padre, Raúl, y fue llevada en brazos hasta el Papa por un agente de seguridad, un momento recogido en un vídeo difundido por la televisión Telemundo.
La niña entregó al Papa una camiseta y una carta en la que varias organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes piden al Santo Padre que interceda por ellos.
Su padre, Raúl Cruz, explicó a Telemundo que viajó desde Los Ángeles, en California, en el extremo suroeste de EE.UU., a Washington, en el este, solo para poder ser testigo de la visita del Papa y buscar su ayuda.
«Estamos oprimidos por la violencia, por el racismo, por la mala gestión del Gobierno. Le pedimos al Papa que interceda, no solo por los inmigrantes mexicanos, sino también por el resto de latinoamericanos, por los europeos, por todos», dijo Cruz.
FRANCISCO: «HIJO DE FAMILIA DE INMIGRANTES
Poco antes de saludar a la niña, el Papa se presentó en la Casa Blanca como un «hijo de familia de inmigrantes»e instó, en un país construido «en gran medida por familias así», a admitir que «el sistema» de vida vigente genera millones de excluidos.
Después del recorrido en papamóvil, el Pontífice retomó este tema y pidió a los obispos de Estados Unidos, reunidos en la Catedral de San Mateo, que acojan «sin miedo» a los inmigrantes.
«De alguna manera hablo casi ‘in causa propria’», afirmó el Pontífice, que se presentó a los obispos como un «pastor venido del sur» y reconoció que para ellos podrá no ser fácil «leer el alma» de los inmigrantes y serán sometidos «a la prueba de su diversidad».
«Ahora tienen esta larga ola de inmigración latina en muchas de sus diócesis (…), siento la necesidad de darles las gracias y de animarles», dijo Francisco.
Desde la primera visita de un Papa a Estados Unidos, Pablo VI en 1965, el crecimiento de la población católica en Estados Unidos se ha debido en un 70% a la inmigración hispana. El año pasado había en el país 76,7 millones de católicos, de los cuales 29,7 millones son hispanos, según estima la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.