De la incertidumbre a un nuevo comienzo en el Condado de Dane
Cuando esta perrita blanca con negro llegó al Refugio de Animales del Condado de Dane (DCHS) a principios de junio, podemos imaginar el miedo y la confusión que sintió tras perderse en Fitchburg. No sabemos cuánto tiempo estuvo sola.
Piglet, como fue llamada, estaba aterrorizada, su cuerpo cubierto de suciedad y sus ojos reflejaban incertidumbre. A pesar de todo, mostró destellos de confianza, aunque temblaba durante su examen inicial. Su dulzura se hizo evidente mientras movía su cuerpo, buscando caricias del personal que la atendía.
El desafío de adaptarse al refugio
El cambio repentino fue difícil para Piglet, quien se refugiaba al fondo de su jaula, temerosa de acercarse a las personas. El equipo veterinario le recetó medicamentos para la ansiedad, mientras que el Equipo de Comportamiento Canino (CBT) trabajó con paciencia para ayudarla a adaptarse a su nuevo entorno.
Con el tiempo, Piglet comenzó a confiar en sus cuidadores, acercándose a ellos y moviendo tímidamente su cola. Gracias al apoyo de la comunidad y al personal especializado, Piglet recibió el cuidado físico y emocional que necesitaba para transformarse.
Un espíritu cariñoso emerge
A medida que se sentía más cómoda, Piglet mostró su amor por las personas, moviendo su cola al ver a alguien y disfrutando del afecto de sus amigos humanos. Incluso fuera de su jaula, en las oficinas del personal, Piglet se relajaba, buscando caricias y saludando con entusiasmo a todos.
Un día, en el patio del refugio, Piglet descubrió un nido de conejitos. Con extrema ternura, se recostó para olfatearlos sin intención de hacerles daño. Gracias a ella, el refugio tomó medidas para proteger a los conejitos hasta que crecieran.
Un nuevo hogar para Piglet
A pesar de los esfuerzos del refugio, Piglet comenzó a mostrar comportamientos desafiantes, como saltar cuando estaba emocionada. El CBT diseñó un plan de modificación de conducta para ayudarla a mejorar y encontrar un hogar adecuado.
El destino intervino cuando Jane, una visitante del refugio, notó a Piglet. Jane, aún de duelo por la pérdida de su perrita Venus, encontró una conexión instantánea con Piglet al conocerla. Aunque inicialmente dudó, no pudo dejar de pensar en ella y, al día siguiente, decidió adoptarla.
Jane renombró a su nueva compañera como Júpiter, en honor a Venus. Ahora, Júpiter prospera en su nuevo hogar, llena de energía y alegría. Le encanta jugar, aprender nuevos comandos, y estar siempre cerca de Jane, con quien duerme cada noche.
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Historias como la de Piglet, ahora Júpiter, son posibles gracias al apoyo de donantes generosos y un equipo comprometido. Al donar antes del 31 de diciembre de 2024, puedes DUPLICAR tu impacto para ayudar a más animales en necesidad, gracias a un donativo de la Fundación Don y Marilyn Anderson que igualará las contribuciones hasta $30,000.
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