Karla Fabiola Esparza, nació en el “ombligo de México”, en Aguascalientes, estado famoso por su cielo claro y la gente buena. Se casó hace 14 años con Rigoberto Rubalcaba y con él tuvo cuatro hijos: Christian A. (15 años) Meribeth Nicolle (12 años) Logan (9 años) y Karen Naomi (1 año).
Durante esa década y unos años más, dedicó su tiempo, su vida y toda su energía, única y exclusivamente a su hogar. El estudio, la comida, las palabras, los consejos, los mimos, la atención a Rigoberto, la protección a sus muchachos para que recorrieran el buen camino y todo este sacrificio ha sido incondicional, “hay choques de emociones, pero completamente dedicada a esa etapa de mi vida”, explica.
Hasta aquí, esta podría ser la historia de cualquier mujer latina que dedica su vida a ser ama de casa, mientras su esposo trabaja día a día para llevar el sustento a su hogar. Sin embargo, Esparza decidió cambiar su vida, dar un salto al vacío, tomar sus propias decisiones y enfrentar un mundo con el que había soñado.
Hace dos años la Familia Esparza Rubalcaba se radicó en Sparta, Wisconsin, un año más tarde llega la mamá de Karla doña Ernestina Martinez Ramirez. Ernestina llegó a hacerles compañía y a asistirla durante la etapa del embarazo, esperaban a Naomi.
“En el pasado mi madre y yo fuimos socias. Abrimos un spa en México, ella hacía toda la parte de estética y yo toda la parte física y nutrición. Me encanta ayudar a las personas a mejorar su salud y su autoestima, explica Karla.
Igualmente, la mexicana le contó a La Comunidad News que las mamás conocen los deseos de sus hijos y su mamá no es la excepción. Y cuando su mamá aterrizó a Estados Unidos empezó a despertarle el ‘bichito’ del emprendimiento, le dio el impulso que, quizá ella necesitaba desde hace mucho tiempo.
“Mi mamá me dice: y ¿Qué tal si comenzamos el negocio acá? yo le dije que la bebé estaba por nacer y me dijo que ella me ayudaba. Que buscábamos la manera de turnarnos. Ella la cuidaría cuando yo estuviera en el negocio y viceversa”.
Confiesa que tuvo mucho miedo porque había tres cosas que no la dejaban estar completamente segura: el poco apoyo por parte de su esposo, el desconocimiento de la legislación estadounidense en temas de empresas y la barrera del idioma.
No obstante, Ernestina logró convencerla “yo tenía el conocimiento dormido y mi madre fue la que me impulsó, me dijo que investigáramos, que averiguáramos cada proceso”. Suspira, sonríe y asiente: “Si lo hicimos una vez y lo logramos, ¿Por qué no hacerlo una segunda vez?, al final nos lanzamos a esta aventura”.
Luchando contra viento y marea
Esta mexicana sonriente y espontánea asegura que todos tienes voces interiores. Unas ayudan a superar temores e impulsan a afrontar retos, otras, en cambio te llenan de dudas, de prevenciones, de excusas y además se unen con los comentarios exteriores que también buscan frustrar nuestros deseos.
Karla asegura que si hay algo que no tiene en la vida es vergüenza y eso en muchas ocasiones le ha jugado a favor, como en el caso de eliminar la barrera del idioma “me atreví a hablar y hacerme entender, yo no nací en Estados Unidos y aunque este ha sido un reto muy grande, lo he logrado y he ido mejorando día a día”, asegura.
Además manifiesta que, “siempre había estado tranquila porque tenía el apoyo de mi esposo, pero cuando le conté, él no estuvo de acuerdo. Me advertía que mi mamá no iba a estar conmigo y me recordaba que estaba embarazada y tenía que sacar la niña adelante”.
Pese a las criticas de su esposo, Karla y su madre, encontraron un local ubicado en 111 S Water St, Sparta, WI, United States, Wisconsin. “Este lugar era tal y como lo habíamos imaginado, hicimos todo el trámite y acordamos abrir el primero de octubre del año pasado, es decir, casi un mes después del nacimiento de Naomi. Gran parte de la compra de artículos que necesitábamos para nuestra empresa estaban invertidos y mi panza seguía creciendo”.
Con lo que no contaron estas dos mujeres empoderadas es que en Estados Unidos se requieren unos permisos y unas licencias para poder operar y si no puedes estar sujeta a cierres y pérdidas de dinero.
Durante el camino empezaron a conocer cuáles eran los procedimientos a seguir, los cursos a realizar y los requisitos que debían cumplir para abrir el negocio que estaría dividido en dos: una parte relacionada con masajes y estética y la otra todo con apoyo nutricional, acondicionamiento físico y emocional.
“En México las leyes son diferentes. Allá encuentras el lugar, adaptas y abres. Cuando ves que va a funcionar haces todo lo de ley. Acá no. Acá para poder abrir debes tener todo porque no nos daban los permisos. Cuando firmamos el contrato, empecé a leer requisitos para abrir un negocio, licencias, etc”, advierte.
Karla explica que “el día que abrió sentía mucho miedo, no conocía todas las leyes del país. Estaba contenta, agradecida y apoyada, pero sí tenía miedo de no tener todas las condiciones que requería. Pero, no es así, ellos son empresarios y saben que no es fácil, si algo te faltó, puedes parar mientras lo consigues. He aprendido que el mundo no está en contra de ti, ellos quieren verte crecer, ellos te dan mucho apoyo e información. Del miedo nunca ha resultado nada bueno”.
Entre las condiciones establecidas, le pedían a la madre de Karla demostrar dos años de experiencia como esteticista en Estados Unidos. Aunque tiene más de treinta años de ejercicio de su profesión en México, no pudo convalidarlos. Parte de la sentencia de Rigoberto se había cumplido: decidió regresar a su tierra natal.
Con todo este panorama se desató una tormenta, Karla veía el futuro incierto, pero asegura que, “aunque cambien las circunstancias si la meta está clara y precisa”, siempre se puede salir adelante y cumplir lo proyectado”.
“Lo primero que me dijo mi esposo fue “¿Qué te dije?”, tuvimos muchos problemas en la casa, llegamos al punto de pensar en el divorcio. Empiezas a culpar a todo el mundo, pero después de la tormenta siempre viene la calma”, puntualiza.
Después de que tuvo a Naomi, su madre estuvo un mes más y a partir de ese mes le tocó navegar por estas aguas turbulentas casi sola. Narra que contó con el apoyo de la Cámara de Comercio Latina de Wisconsin en asesoría en cuanto a temas de permisos y manifiesta que también participó en varios cursos que le sirvieron para aterrizar sus ideas de negocio y entender que nada es fácil.
“He hecho publicidad a través de Facebook, he cuidado a mi hija en el local donde funciona Boost Healthy Nutrition (impulsar la nutrición saludable), he salido a la calle en pleno invierno a invitar a las personas a que conozcan este espacio que cambiará sus vidas a través de un estilo saludable y nutritivo e intentado inventarme ideas para que me conozcan y conozcan mi idea de negocio”.
Esta mexicana recursiva y soñadora invita a la comunidad a que busquen por dentro la belleza y explica que todo eso se logra con buenos hábitos alimenticios “el cuerpo se regenera cuando las condiciones de vida cambian” y además explica que toda está situación logró sacarla adelante controlando las emociones.
“Algo que ayuda mucho a superar los problemas es la actitud. Suena fácil, pero no. Tanto en mi negocio como en la casa, ayudaba a que fuera más ligero. De lo único que eres dueño es de tus actitudes, si permites que lo exterior te cambie, pues ya no eres dueño ni de tus emociones”, argumenta.
Un año de aprendizajes y retos
“Cualquier cosa que tu puedas imaginar en tu cabeza, lo puedes hacer realidad. Siempre y cuando estés consciente de que nada es fácil, cuando tu inicias, nada de lo que inicias es fácil. Todo esfuerzo requiere de disciplinas nuevas y para aprender a incorporar esas disciplinas debes estar consciente de que van a venir cosas, que no siempre van a ser fácil y que incluso aunque tu proyecto ya está planeado todo puede cambiar”.
Ese es el mensaje de esta mexicana que le habla a todo aquel o aquella mujer que esté soñando en emprender o en sacar adelante algún proyecto. La vida en territorio norteamericano no es sencilla, sin embargo, con trabajo, dedicación y disciplina se pueden lograr los objetivos.
Igualmente cuenta que aunque ha enfrentado momentos difíciles, siempre ha velado para encontrar el equilibrio entre este trabajo y su familia “con garras y dientes he defendido mi reto y durante estos años he estado cultivando una relación sólida con mis hijos, ahora lo que quiero es que se involucren y entiendan la importancia de lo que hago, pero también el valor de ganarse el dinero”, comenta.
Un mensaje a todas las mujeres soñadoras que tienen planes pendientes
Karla cuenta que el choque emocional más profundo fue la falta de confianza y apoyo por parte de su esposo. Reconoce que son parte de las pruebas que un hogar debe enfrentar para consolidarse más, sin embargo, admite que le dolía hacer un esfuerzo desmesurado por atenderlo, conquistarlo e intentar convencerlo y que solo hasta ahora se está dando cuenta que vale la pena.
“Todo ese esfuerzo que yo estaba haciendo, ese sacrificio, tener un baby y además atender la casa, el hogar, la comida y toda esa parte emocional y física, en lugar de tenerlo al lado ayudándome porque podría haber estado ahí para apoyarme. Ahora me ayuda más, hemos llegado a acuerdos, se involucra y está creyendo en este proyecto”, indica.
“Antes yo me ahogaba en un vasito con agua ahora descubrí que puedo nadar en el mar. No sabes de lo que eres capaz hasta cuando te enfrentas a la corriente. Todas las limitaciones mentales que a veces nos ponemos como mujeres ya sea por la casa, el trabajo, el cansancio o lo que sea, dentro de ti hay una mujer soñadora y todo eso que tu sueñas no se va a ir a la realidad a menos que tu pongas de tu parte para lograrlo”, insiste.
Y manifiesta que “Eres completamente capaz de hacerlo siempre y cuando tu confíes en ti. Es difícil que creamos en nosotras, nos han metido en la cabeza que no podemos, pero sí podemos. Este país da miedo por el lenguaje, las nuevas reglas y demás, pero depende de ti como latina hacerlo realidad. Nada más es cuestión de ir organizando. Eres completamente capaz”, señala.
Respecto a Boost Healthy Nutrition
Karla quiere que las personas conozcan la manera de mejorar sus métodos saludables, si tienen alguna condición que los aqueja, si sufren de migrañas, dolores corporales, entre otros y para eso está Boost Healthy Nutrition, un estilo de vida que se preocupa por mantenerse fuerte, sano y bello.
A partir del cuatro de septiembre Boost Healthy Nutrition abrirá un reto de 21 días que consiste en agrupar a cuatro o más personas que vivan en Wisconsin y quieran mejorar sus hábitos alimenticios “con este reto busco acercarme a la comunidad, ir al lugar que la gente quiera y poner a disposición la máquina de escaneo para saber la composición corporal y las necesidades de cada persona”, explica Karla.
Después de esos 21 días, la mexicana volverá a visitarlos y examinará cuál ha sido el proceso y que se requiere para seguir mejorando. Todo el servicio es completamente gratis. Si quieres tener más información puedes ingresar a Boost Healthy Nutrition en Facebook https://www.facebook.com/profile.php?id=100064306080404 y comunicarte vía mensaje para resolver inquietudes.