Por Rosario Domínguez, The Cap Times
Juan González Torres es un agricultor local y dueño de la granja Los Abuelos Farley Farm. Aprendió sus habilidades agrícolas en el negocio familiar en México, donde su familia se ha dedicado a cultivar y vender vegetales desde que él era un niño.
González Torres llegó a Madison desde Puebla, México, en noviembre de 2003, para reunirse con su hermana. Entremedio, trabajó en el campo recogiendo uvas en California. En Madison, González Torres trabajó, inicialmente, en restaurantes durante siete años, pero terminó encontrando la manera de hacer lo que más amaba, dedicarse a la agricultura.
González Torres fundó Los Abuelos Farley Farm en 2010. Esta granja está ubicada en la organización Linda and Gene Farley Center for Peace, Justice & Sustainability en Verona y forma parte de una incubadora de granja introducida por el Farley Center en 2010. González Torres le dio este nombre en honor a Linda y Gene, quienes le ayudaron a empezar su negocio de agricultura.
La incubadora de granja provee terreno, herramientas, educación y asistencia mercadotécnica a agricultores aspirantes para ayudarles a vender sus cosechas. Actualmente, hay siete negocios agricultores representados por personas de varias culturas y González Torres, no solo es agricultor del centro, sino que, también, ha sido miembro del consejo.
González Torres vende sus cosechas a través de Los Jalapeños CSA (Agricultura Apoyada por la Comunidad) empresa que se constituyó en 2011. Aquellos que forman parte de la CSA pagan una cuota de $450 para recibir una caja de productos orgánicos de temporada, semanalmente, por 20 semanas. También, se puede encontrar a González Torres vendiendo sus cosechas en el mercado de agricultores, en ‘El Mercadito’ en el Centro Hispano y en frente de la oficina del Departamento de Salud WIC. Además, le vende sus cosechas a restaurantes locales como Sabor a Puebla, del que su hermana es dueña.
¿Qué lo motivó a comenzar la granja?
Siempre me gustó producir, entonces, siempre tenía eso de producir. Una vez, iba en el autobús y vi un jardín comunitario donde muchas personas estaban sembrando y me llamó la atención. Finalmente, había dónde podía sembrar algo. Después, fui a informarme y, allí, es donde empecé a sembrar para el consumo.
Tenía unas semillas que aquí no se sembraban, que nosotros usamos en nuestra comida. Así que planté estas semillas, que eran originarias de México, y empecé a sembrar.
La encargada del jardín comunitario era Janet Parker, quien iba a la iglesia Quaker. Los dueños de la propiedad, que eran doctores y, también, iban a la iglesia Quaker, dijeron que tenían tierras y que querían que alguien sembrara en sus terrenos. Aquí, ya sembraban los Hmong, quienes solo sembraban para consumo y quienes siguen sembrando todavía.
Mucha gente quería lo que ya estaba sembrando, principalmente, lo de México. Entonces, decidí que iba a buscar un lugar donde empezar a sembrar. Es cuando me vine aquí y empecé a cultivar con menos de un cuarto de acre.
¿Alguna vez pensó que tendría su propia granja en Estados Unidos?
No, pero sí me habría gustado porque es lo que hacía en México. No venía a esto, pero si hubiera una posibilidad, sí lo haría.
¿Qué diferencias hay entre cultivar aquí y en México?
Es mucha la diferencia. Allá en México, uno puede plantar todo el año y, aquí, nada más una temporada. También, está bien porque aquí puedo descansar un tiempo y volver a trabajar.
Van dos inviernos que descanso porque, ahora, trabajo demasiado, como doble turno. Entonces, me quedo muy cansado.
Además, son un poco diferentes los vegetales de aquí y de allá. Muchos son nuevos. Por ejemplo, los kohlrabi nunca los había visto. También, hay unos zucchinis diferentes. Los zucchinis amarillos nunca los había visto. Los tomates heirloom de colores, tampoco, los había visto.
Por otra parte, hay muchos vegetales que yo traje aquí, que la comunidad desconocía. Ahorita, ya los americanos comen flores de calabaza, que antes nunca comían. Ahora, comen unas yerbas como pápalos, pepichas, hasta las verdolagas. Yo las vendo en el mercado y me dicen los americanos: “¡Yo tengo mucha comida en mi jardín! Ahora, estoy comiendo de mi jardín esas yerbas que antes no las comía”.
¿Usted cree que los inmigrantes, específicamente los mexicanos, tienen la oportunidad de poder hacer lo mismo que hacían en México?
Bueno, muchos vienen y, a lo mejor, ya están aburridos de hacer lo mismo y buscan mejores oportunidades y dejan el campo. Por ejemplo, hay muchas personas que he invitado a trabajar, pero no les gusta venir aquí a ensuciarse de lodo. Prefieren estar trabajando en un restaurante donde, a lo mejor, es más pagado y menos trabajo. Por ejemplo, ahorita, estuve trabajando desde la mañana porque tenía un pedido grande y tuve que terminarlo.
¿A quién le vende su cosecha?
Vendo en un CSA con 49 miembros y, también, vendo en el mercado de agricultores los sábados, domingos y miércoles. Además, vendo en el WIC, donde dan cupones para las mujeres embarazadas. Las personas que van por su cheque al WIC pueden comprarme comida allí.
¿Me puede decir que es un CSA?
Es donde las personas apoyan la agricultura. Por ejemplo, a mí me pagan antes de que yo les dé los productos y, eso, me ayuda a comprar lo que necesite, como semillas o abonos orgánicos.
¿Es como una membresía?
Sí, tienen una membresía conmigo y les tengo que dar 20 semanas de vegetales.
¿Son personas particulares o negocios?
Son personas particulares. Si tienen seguro médico, el seguro les paga, más o menos, la mitad del precio. Les dan 200 dólares si compran una caja de CSA.
Tiene una hermana que tiene un restaurante y ella le compra sus productos. Aparte de ese restaurante, ¿hay algún otro restaurante que le compre?
Estamos en una cooperativa y la persona encargada de dicha cooperativa se hace cargo de vendernos en muchos restaurantes. Hay muchos restaurantes de lujo en Madison.
¿Está usted involucrado en la comunidad, aparte de vender sus productos?
No mucho, pero venderle a la comunidad productos frescos y a buen precio y, también, poder vender a personas del WIC, pienso que es un trabajo comunitario. También, lo que sobra en los mercados, lo donamos para el pantry (la despensa).
¿Qué consejo le daría a otro inmigrante que llega aquí y que no está contento con su trabajo o con lo que está haciendo?
Debe buscar un trabajo con el que esté contento. Como yo estoy contento aquí con lo que estoy haciendo. Cualquiera podría decir que estoy trabajando demasiado, o que estoy en el lodo, pero si ese es el trabajo que a mí me gusta, no siento que es trabajo. Otros pueden hacer lo mismo y buscar un trabajo que les guste. Por ejemplo, si están en un restaurante y no están a gusto, que busquen un trabajo donde estén a gusto.