Por Anthony G. Picciano*.- Christine Evans, profesora asistente en historia de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, publicó una editorial en el New York Times, donde interpela al gobernador Scott Walker por su ataque a la Universidad de Wisconsin.
A principios de año, Walker propuso un presupuesto que inicialmente cortaba 300 millones de dólares a los fondos del sistema universitario y cambiaba el control de los ingresos de la matrícula desde la legislatura a una nueva autoridad pública que es controlada por regentes designados. El borrador inicial de esta propuesta también reescribía la misión de la universidad –de 110 años- que conocida como la “Wisconsin Idea”, borrando la frase “búsqueda de la verdad” y reemplazándola con una frase respecto a alcanzar las “necesidades de los trabajadores estatales”. Evans comentó:
“El ataque de Walker, que de seguro buscaba impresionar a posibles donantes de su campaña presidencial, dilapida la herencia de todos los wisconsonitas: un sistema universitario asequible, de excelente calificación y que atrae a estudiantes y académicos de todo el mundo y que es uno de los mayores contribuiyentes a la economía del estado. Se reintegró la noción de “Wisconsin Idea”, pero se mantuvo el recorte presupuestario de 250 millones de dólares.
La acción de Walker sugiere que los wisconsonitas de hoy no comparten los valores de sus padres y abuelos. Él argumenta que la misión del sistema universitario de “educar a las personas y mejorar la condición humana” ya no es una prioridad. Él se equivoca.
Evans, quien enseña historia, también defiende la importancia de las humanidades en la educación universitaria, concluye:
“Debemos rechazar la pretensión del señor Walker de que él conoce mejor cuales deberían ser los límites de la educación para los estudiantes de Wisconsin. Como mis estudiantes entienden, las humanidades forman pensadores críticos y ciudadanos. Eso puede ser un inconveniente para los políticos que buscan o ven a sus constituyentes como sólo “una fuerza de trabajo”, pero, por el contrario, es esencial para el bien de nuestra democracia y nuestra economía.
Son estudiantes como los míos quienes se verán afectados de forma directa por los cambios propuestos por Walker. La experiencia muestra que cuando hay recortes de presupuesto para el sistema de Wisconsin y de otras universidades estatales, los directivos suben altamente los costos de matrículas. Los estudiantes, entonces, pagan más y reciben menos. Esto ya ha pasado en Louisina, donde el gobernador Bobby Jindal implementó cortes severos en el sistema de universidades públicas. En su periodo en la gubernatura, la matrícula de las universidades públicas estatales casi se duplicó.
La “Wisconsin Idea” ha sido una modelo nacional por más de un siglo. El asalto de Walker es un modelo, una guía para desmantelar a las universidades públicas que todos nosotros hemos heredado”.
Walker es candidato republicano para la presidencia. No es probable que gane, pero es uno de los que lidera la candidatura entre las facciones de derecha del partido.
*Anthony G. Picciano es professor y ejécutivo del programa de doctorado del Program in Urban Education at the Graduate Center of the City University of New York.Esta opinion fue publicada en el blog Tony’s Thoughts-CUNY education news technology.