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El miércoles 17 la Asamblea de Wisconsin aprobó un aumento de las sanciones contra la conducción en estado de ebriedad. En lo principal, la ley aprobada crearía penas más severas para los reincidentes.
Votada casi por unanimidad (95-1), el proyecto de ley (“bill”) busca resolver al problema de la conducción bajo la influencia del alcohol.
“Conducir ebrio sigue siendo un serio problema aquí en Wisconsin”, dijo el autor principal del proyecto de ley, el representante Jim Ott (R-Mequon). Aunque reconoció que “No vamos a resolver el problema de los conductores ebrios con la aprobación de leyes más duras, pero es parte de la solución”.
El Departamento de Transporte del estado ha establecido que entre 2012 y 2015 más de 4 mil accidentes anuales relacionados con el alcohol han ocurrido. De acuerdo con los datos preliminares de la agencia, 101 personas murieron en accidentes relacionados con el alcohol durante el 2015.
La pregunta si penas más duras
conlleva más o menos infractores.
Wisconsin es el único estado en el que la primera infracción no es tratada como un delito penal, sino una violación civil similar al de un ticket de exceso de velocidad.
Estimaciones de los costos prohibitivos y la resistencia de los grupos de presión con capacidad de influencia como la Tavern League han paralizado los intentos de imponer sanciones más duras.
El Senado estatal aprobó el proyecto de ley el mes pasado en una votación oral, en un procedimiento reservado para los proyectos de ley no controversiales. El Rep. Fred Kessler (D-Milwaukee), fue el único disidente en la Asamblea. Él no hizo ninguna observación en el piso sobre el proyecto de ley antes de la votación.
El presupuesto potencial del proyecto de ley podría ser alto. El Departamento de Correccionales, por ejemplo, estima que podría tener que gastar tanto como $129 millones anuales, así como otros $157 millones para construir un centro de abuso de drogas para dar cabida a los reincidentes adicionales.
Por el contrario el representate Ott sostiene que esas estimaciones son exageradas. Y que penas más severas permitirán disuadir a los posibles infractores reincidentes, lo que resulta en un menor número de reclusos que ingresarían al sistema.