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Madison. La fiesta que hoy llena de calabazas talladas, disfraces terroríficos y dulces las calles de Estados Unidos y el mundo, tiene raíces que se hunden 2.000 años en un pasado pagano: el Samhain celta.
Celebrado por los celtas en el Reino Unido, Irlanda y el noroeste de Francia, el Samhain se conmemoraba cada 1 de noviembre para marcar el final de la cosecha y el oscuro inicio del invierno. Los celtas creían que esta noche era un velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos, permitiendo que las almas regresaran a visitar sus antiguos hogares.La Noche de Brujas Conquista América
Aunque la tradición es milenaria, su explosión en el continente americano se debe a una ola migratoria. La festividad, también conocida como Noche de Brujas, llegó a territorio estadounidense a mediados del siglo XIX con la masiva llegada de inmigrantes irlandeses, quienes trajeron consigo sus costumbres y disfraces.
Para el siglo XX, Halloween ya se había arraigado profundamente en el tejido cultural de Estados Unidos, transformándose en una de sus celebraciones más populares, particularmente entre los niños. La práctica original de ir de puerta en puerta pidiendo frutos y nueces evolucionó con el tiempo. El relato popular indica que la celebración se comercializó, centrándose en el intercambio masivo de golosinas que hoy define el ritual del “dulce o truco” (trick-or-treating), una práctica que se ha exportado a diversos países.Del Nabo a la Icónica Calabaza
Los símbolos de la fiesta también sufrieron una metamorfosis. La calabaza tallada, el elemento más emblemático de Halloween, tiene su origen en una antigua leyenda irlandesa sobre un hombre llamado Jack, quien engañó al diablo y fue condenado a vagar por la eternidad con una brasa dentro de un nabo ahuecado.
Al llegar a Estados Unidos, los inmigrantes encontraron que la calabaza era mucho más abundante y fácil de tallar que el nabo. Así nació el jack-o’-lantern, la linterna que en la actualidad simboliza la luz que ahuyenta a los espíritus y, a la vez, el espíritu festivo del otoño.Tradición y Controversia
Hoy, la celebración en Estados Unidos es un espectáculo de imaginación y horror, donde los disfraces abarcan desde las figuras clásicas de brujas y vampiros hasta los personajes más modernos. La decoración de casas y edificios es un despliegue de fantasía tenebrosa, con calabazas, telarañas, tumbas falsas y luces neón. Las familias se reúnen para compartir cuentos de miedo o disfrutar de películas de terror.
En el siglo VIII, el papa Gregorio III formalizó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, en honor a los mártires y santos, convirtiendo la noche anterior (31 de octubre) en la Víspera de Todos los Santos. Con el tiempo, el nombre en inglés pasó de “All Hallows Eve” a “Halloween”.
No obstante su popularidad global y su gran atractivo comercial, la festividad no es universalmente aceptada. Por razones históricas, religiosas o culturales, diversos grupos, incluyendo algunas ramas del cristianismo (evangélicos, protestantes y católicos tradicionales), la mayoría de los musulmanes y practicantes del judaísmo, optan por no participar en la celebración de Halloween.

