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Un programa de danza de cuatro meses ayudó a adultos mayores latinos a caminar más rápido y mejorar su salud física, lo que redujo su riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, de acuerdo con una investigación de la American Heart Association.
Los investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago analizaron si una intervención comunitaria, enfocada en danza latina, podría beneficiar a 54 adultos mayores, hispanoparlantes, que no eran muy activos físicamente. Los participantes fueron asignados de manera aleatoria para participar ya sea en un programa de danza dos veces a la semana por cuatro meses o en un programa de educación de la salud. Todos los participantes llenaron un cuestionario sobre la actividad física que realizaban en su tiempo libre y llevaron a cabo una caminata de 400 metros tanto al inicio como al final del estudio.
Después de cuatro meses de asistir a danza latina dos veces a la semana, los bailarines pudieron caminar más rápido y estaban más activos físicamente durante su tiempo libre que al principio del estudio. La actividad física en su tiempo libre aumentó de 650 minutos a la semana a casi 818 minutos.
Los hallazgos se basan en individuos principalmente sedentarios que tenían alrededor de 65 años al inicio del estudio; más del 80 por ciento del grupo eran mexicanos o mujeres. Se ha demostrado que la actividad física regular reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, ataques cerebrales, diabetes tipo 2 y complicaciones asociadas con la edad avanzada, además de que mejora el equilibrio, la movilidad y reduce el estrés
El programa de danza es BAILAMOS, una intervención culturalmente personalizada y enfocada en el estilo de vida de la comunidad, desarrollado por David X. Marquez y Miguel Mendez en la Universidad de Illinois en Chicago, el cual incluye cuatro estilos de baile distintos: merengue, bachata, cha cha cha y salsa, todos guiados por un instructor de danza y con coreografías más complejas conforme avanza el programa.
“Los adultos mayores latinos enfrentan muchas barreras y están ocupados cuidando a otros y encargándose de otras responsabilidades, por lo que dejan la actividad física de lado y muchas veces no hay oportunidades disponibles para ellos”, dijo Priscilla Vásquez, MPH, autora principal del estudio. “Este programa los involucra a nivel físico, cultural y emocional. Como anécdota, he escuchado a participantes decir que ir a las clases de danza los ayuda a liberarse del estrés. También interactúan con otros y crean una comunidad. Todo esto impacta tanto a su salud física como a su salud mental y a su bienestar”.