Por JZ.- A propósito del debate en Wisconsin sobre las escuelas chárter y los intentos de cerrar algunas escuelas públicas, el pasado 8 de enero el presidente Obama propuso la gratuidad en los community colleges. Una propuesta basada en el modelo que se conoce como “Tennesse Promise”. Sin duda una propuesta radical, pero visionaria en consideración a los desafíos de los estados Unidos en las décadas por venir.
Llamó la atención el anuncio, pues a diferencia de los titulares que vemos en Wisconsin sobre la disminución del apoyo estatal para las instituciones públicas, la idea de hacer algunos colegios comunitarios gratuitos es una medida que busca dinamizar la economía y facilitar el ascenso social.
Si la propuesta prospera podría beneficiar a 9 millones de estudiantes cada año con un ahorro de unos 3.800 dólares en razón de matrícula por estudiante.
La propuesta de Obama daría gratuidad por dos años para los estudiantes de cualquier edad que sostengan un promedio de C+ y que están haciendo “progresos constantes” hacia su grado. Los colleges elegibles son aquellos que ofrecen programas académicos que transfieren completamente créditos a los colegios y universidades públicas de cuatro años locales, tal como en la actualidad lo hace MATC.
Sin embargo hacerla realidad implica una reforma del sistema tributario, algo que las corporaciones —por regla general— se oponen con energía. Como es habitual los conservadores criticaron la idea alegando ser costosa e innecesaria.
Para no sonar ingenuo, también hay que tener cuidado de ese discurso tan frecuente en los emigrantes, que la educación superior lo es todo. En realidad, la educación universitaria, incluso gratuita, no es una fórmula mágica que borre por si sola todos los males sociales. No lo es en América Latina, tampoco en Estados Unidos. Sin embargo vale la pena apoyar la idea, incluso con las críticas que ya se le hacen a “Tennessee Promise” que le critican estar estructurado para beneficiar a los estudiantes de ingresos medios más que a los más pobres
Que Obama lo haya anunciado en 2015 hace sentido con que hace exactamente 100 años atrás se haya dado el mismo debate respecto la educación secundaria. Hasta el año 1915 sólo el 10% de los estadounidenses asistían High School. La subvención de la educación secundaria, junto con otras reformas, financiadas por los impuestos simplemente transformó a este país en potencia económica.
<?php comments_template(); ?>